Durante el proceso de fotosíntesis, las plantas capturan elementos existentes y los transforman en otros de mayor jerarquía. Generan su propio alimento y al hacerlo, también liberan el oxígeno que todos necesitamos para vivir. ¡Un círculo virtuoso de desarrollo continuo que convierte lo disponible en una opción superadora, proceso mágico que no deja de sorprenderme! En agradecimiento a ese aporte tan indispensable que hacen las hojas al planeta, decidí seguir su ejemplo transformándolas en esculturas foliares.